Un mundo para Teo

martes, octubre 31, 2006

Vender mi alma

Debería anotar todas las cosas que se me ocurren cuando voy o vengo en la micro. No creo que pueda describir aquel gato que iba detrás de su amo por entre las viñas. O esta tarde cuando escuchaba música, The Stone Roses, a quién le importa que estoy escuchando, casi nadie los conoce. Recuerdo cuando escuché ese disco y como me impactó la primera canción. Primero, recuerdo que estaba nublado y húmedo, no se si con niebla o llovizna, es una canción triste, oscura mejor dicho, excelente escenario para esa canción, no recuerdo si yo estaba triste o alegre, lo más probable es que triste, o enojado, ese era mi estado permanente, ira, rabia, eso sentía. Que raro, era rabia, un día nublado caminando hacia la universidad con un polerón-tipo-camisa gris, maravillado con esa canción.
No hay como las primeras veces de las canciones, que inútil ese esfuerzo por recordar que te provocó esa canción la primera vez que la escuchaste, lo he intentado varias veces pero no se puede, la primera es la primera, una primera vez es sólo esa, debería llamarse única vez y la segunda vez debe ser la primera, eso quiere decir que seguirá ocurriendo pero no de la manera como la única sino que será una serie de cosas parecidas.